Tengo ganas de verte.
Te enviaría un WhatsApp y te lo diría,
Pero entonces caeríamos en un montón de contradicciones,
Sin paracaídas.
Tendría que decirte que te echo de menos,
y que no quiero dormir sola.
Y nunca, repito, NUNCA.
Dejaría de jugar a este juego.
Así que mejor me guardo estas cartas y nos echamos otra mano.
Al corazón.
O a donde tú quieras.