Archive for octubre 2011

Báilame el agua.

31.10.11 § 0

No puedo soportar la idea de no poder encontrarnos nunca en una esquina. Me tiemblan los dedos si pienso que existes. Cada domingo sin palabras me duele un poco menos. Disfruto de la nostalgia de lo inexistente. Me apasiona ser capaz de imaginar el vacío constante y vertiginoso de la nada. Me sangra la voz, me lloran los pies. Te necesito.

Las personas no son más que la necesidad de materializar a los pronombres, un algo para un tú, pero yo tengo un él que no existe. Y tengo tantas ganas como miedo.

La fiera de mi niña.

30.10.11 § 0

Aún confío en que alguien sea capaz de vivir un amor como el de las películas de verdad, esas que acaban mal, o no acaban. Quiero pensar que cabe la posibilidad de destruir las convenciones. Quiero saber, esperar, desear, soñar, que haya alguien capaz de quitarse los zapatos por mi, y caminar por un finísimo y helado muro, sólo para que yo tenga algo que escribir.

Paradojas de un corazón bulímico.

28.10.11 § 0

No quiero estar pensando para siempre qué hubiese pasado. Pero tengo tantísimo miedo de no vivir mi vida, que la dejo como a una muñeca nueva, dentro de la caja. Sin vivirla.

Mitades.

24.10.11 § 0


No me preguntes porqué sonrío si es lunes y llueve. Igual es porque el mundo es la mitad de aburrido, la mitad de asqueroso, o la mitad de frío. O de todo un poco. Tal vez es porque mi pentagrama esquizofrénico ahora tiene el director que se merece. Porque sin tocarme, algo me lleva de la mano por un camino que nunca antes había imaginado, tan inóspito como acogedor. Compartir. Enlazar pensamientos uno tras otro, sin más mediación que dos mentes extrañamente conectadas.

Me duele intentar imaginar que pasará con tus miradas.


Eternal sunshine of the spotless mind.

22.10.11 § 0

No, de verdad, no me apetece.
Por mucha tarde de otoño que haga.
Por mucho sol color caoba rosado que me regalen.

Hoy no quiero ser feliz.
Hoy quiero llorar y correr por una playa nevada.

Still waiting.

§ 0

Me voy. No sé dónde, pero me voy. Me voy donde nadie pueda hablarme. Dónde no escuche ningún reproche, excepto tal vez, el mar, preguntándome porqué he tardado tanto. Porqué no he escuchado a las sirenas. Porqué no he mirado ni una sola vez a las miles de bailarinas que se esconden en cada gota de su espuma. Porqué he tardado tanto en rendirme a su inmensidad, a colgarme en su horizonte. Porqué, aún sabiéndole tan inmensamente alucinante, no he dependido de él cada segundo de mi vida. El mar me pregunta porqué he tardado tanto, y la respuesta seguirá siendo siempre la misma.

Porque sigo esperando.

Desnuda.

21.10.11 § 0

Podrían robarle el alma con un suspiro.

En ese momento le dolían las costillas abriéndose… Todo el aire del mundo no era suficiente para llenarla. El corazón latía en abierto y en directo. Era un espectáculo nunca visto. Sabía que era bueno, bajar la guardia. Las armaduras a veces pesan demasiado. Aunque a la vez era jodidamente triste tener que darse cuenta. De que era la primera vez.

La primera vez que descansaba en 20 años. Y estaba sola, ante ella misma. No era ningún logro. Era el primer atisbo de humanidad, y seguía estando sola. Su alma estaba desnuda por primera vez, el aire primaveral de alguna playa del Mediterráneo rozaba la virginidad del momento. Impenetrable. Era como tener una gota de agua entre los dedos, pero que seguía ahí. Como una yema de huevo, o un diamante en bruto.

Contra la gravedad.

Mar.

20.10.11 § 0

El agua es la puta metáfora que no me puedo sacar de las entrañas. Está en cualquier sitio, y es interesante porque fluye, pero si la haces tuya se estanca, y muere. Exactamente igual que él, que encierra ese misterio de no estar en ningún sitio pero aparecer en todas partes, junto con esa sensación de que si le atas le matas. A él y a tus ganas de todo. Él es como el agua.

Eres agua. Me envuelves con una sutileza feroz. No está, nunca has estado, nunca te ha importado nada pero estas más allá de todo. Y quieres estar, en todo, contenerlo todo, sin ser nada de nadie. Eres el murmullo de las olas. Incansable e inigualable. Y la espuma entre mis dedos no dura lo suficiente como para acordarme de ella cuando se va.

Tú eres agua. Un poco maliciosa. Salada. Espumosa. Eres mar.