En definitiva, estoy jodida, bien jodida. Antes era yo la que se negaba a ser parte de tu vida, y ahora estoy rogando que no dejes de ser parte de la mía. Que no dejes de hacerme sonreír inútilmente, aún cuando sé que para tí, mi felicidad carece absolutamente de valor alguno (sí, así de relativo). Quiero seguir teniendo un río de inseguridad en las entrañas, y que me anestesies con tus brazos. Quiero que me tiemble cada milímetro del cuello en el que me hayas dado un beso. Quiero sentirme viva,
contigo.
ja, para redondear tu comentario, yo escribi algo parecido, se llama felicidad, checalo, no dejes de escribir, lo haces muy bien!!!.