No basta una vida para ver cada aterceder. No basta una vida para soñar cada sonrisa. No alcanzan 100 años para amar bastante. No es posible ver todo lo bonito entre nacer y morir. No llegamos a tocarlo todo, no llegamos a impregnarnos de cada mar, de cada viaje. No llegamos a besar, abrazar, tocar, gritar, ni la mitad de lo que deberíamos. No tenemos tiempo para vivir. No es suficiente la eternidad para aprender a morir.
Y todo en un segundo acaba.